Aunque nació en Zamora debido al trabajo de gobernador de su padre, era de familia asturiana, y no tardó mucho en volver a Oviedo, ciudad a la que tanto su vida como su obra estarían estrechamente ligadas.
Bajo el seudónimo de Clarín, se convertiría en un prolífico articulista y un temido crítico, lo que le proporcionó fama y enemigos a partes iguales.
Cultivó también con gran maestría la novela y el cuento, entre los que se encuentran títulos notables como ¡Adiós, Cordera!y Doña Berta pero destacando la que es considerada su obra maestra: la Regenta.
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